Templo de San Pedro y San Pablo (Aconchi)

Su construcción inició en el siglo XVII, aproximadamente en el año de 1640 cuando Bartolomé Castaño junto al padre Pedro Pantoja la construyeron instituir una misión jesuita y no culminó hasta finales del XVIII, construido en su totalidad de piedra,[1]​[2]​ Fue nombrada cabecera de misión y la dedicaron a San Pedro, durante el periodo de 1645 a 1676, no hubo un padre residente aquí por lo que dejó de ser cabecera, ese último año, la misión quedó a cargo del padre Juan Fernández, y gracias a su estadía recuperó el nombramiento que había perdido.Entre los años de 1683 y 1685, el padre Francisco Soto, tomó el cargo y para 1689 se encontraba el padre Pedro Castellanos.A principios del siglo XVIII, el padre Nicolás Perea convirtió la misión en pueblo de visita de Baviácora, y no fue hasta 1761 cuando volvió a ser cabecera, perteneciendo al rectorado de San Francisco Javier.En 1767, con la expulsión de los misioneros jesuitas, aún se encontraba el padre Perea en Aconchi, ayudado por el padre José Toral.Después, los misioneros franciscanos remodelaron el edificio pero se hicieron cargo por poco tiempo, pues este fue secularizado.