Un tejado a un agua es un tipo de cubierta que consta de una única vertiente (por lo general con inclinación uniforme), y que no está conectada con ninguna otra superficie del techo.
La construcción habitual es disponer una serie de vigas inclinadas entre la cumbrera y el alero (directamente apoyadas sobre dos muros paralelos de distinta altura), que quedan trabadas entre sí mediante correas perpendiculares.
En este caso, suelen estar orientados hacia el lado soleado tanto como sea posible.
Como regla general, la lluvia implica la limpieza de las tejas del techo.
Sin embargo, como techo principal de un edificio, rara vez se encuentran en la arquitectura histórica.