[1] El teatro romano se construyó a finales del siglo I a. C., periodo en el cual la colina de san Pedro fue urbanizada.
Previamente a su construcción se levantaron los murallones sobre el Adigio, paralelos al propio teatro, para protegerlo de las eventuales crecidas del río.
El descubridor del teatro en época moderna fue Andrea Monga (1794-1861), un rico comerciante que, tras haber adquirido toda la zona, realizó una gran intervención de demolición y excavación.
Hoy en día se conservan la cávea y el graderío, muchas arcadas de logias e importantes restos del escenario.
El frente de escena estaba dividido en tres plantas decoradas con diversas estatuas y constituía el fondo fijo del escenario para los espectáculos.
La cávea baja es la mejor conservada, tenía veinticinco gradas en piedra blanca, veintitrés de las cuales se utilizan todavía.
La cávea alta, que en época romana contaba con una decena de gradas, no ha sido reconstruida pero sí delimitada mediante un terraplén.