Schiess le presentó la idea a la Corporación Cultural Semanas Musicales de Frutillar, que la acogió,[3] y tras la muerte del filántropo en 1998, el proyecto fue continuado por la familia Schiess y liderado por su hija Nicola, que encabeza la Fundación Teatro del Lago, y Ulrich (Uli) Bader-Schiess.
[6] En julio de 2008 se incorporó la firma de arquitectos Amercanda con los arquitectos Bernd Haller, Cristián Valdés, Pablo Cordua y Andrés Alvear, cuyo objetivo era implementar materiales que permitiesen un aislamiento térmico en conjunto con el aislamiento acústico (asesorado por los ingenieros acústicos de Müller-BBM).
Además, el teatro posee un anfiteatro con un aforo de 270 personas y cuatro salas multipropósito.
[8][9] La fundación Teatro del Lago desde sus inicios ha declarado que, tanto la formación artística como el fomento de la creatividad, serían una prioridad en su labor.
Hoy la fundación cuenta con programas de formación artística, pensada para niños, niñas y jóvenes que buscan tener un acercamiento a las artes; programa sde perfeccionamiento, pensado para músicos y músicos en formación universitaria; programas de acceso, que incluyen butacas comunitarias y funciones especiales abiertas, y programa de formación escolar, programa de capacitación docente tiene como objetivo proporcionar herramientas para cultivar un perfil docente con competencias artísticas.