Pese a sus reducidas dimensiones, la sabia organización espacial y la llamativa belleza de su fachada imponen su presencia sobre el conjunto vecino.
[1] Se eligió un terreno en la plaza Romero Martínez donde anteriormente estuvo el Convento de la Veracruz[2] y un hospital[3] (cuando estaban en ruinas[4]).
El proyecto definitivo fue elaborado por el arquitecto vasco Teodoro Anasagasti, que ya había diseñado varios edificios en Jerez de la Frontera.
Durante mucho tiempo fue la familia Riba la encargada de gestionar el teatro, llevándolo a cotas nunca vistas en la provincia con un plantel de estrellas que llenaban el teatro día si día también.
A esta familia, que fue la principal artífice de la llegada del cine a la ciudad, hay que agradecer grandes tardes y veladas inolvidables de la cultura jerezana.
Este último, en colaboración con otras fundaciones andaluzas, realiza zarzuelas y óperas en producción propia.
La fachada del Teatro Villamarta es modernista con reminiscencias gaudianas y cierto sabor cubista.