Tiene además una característica específica en su tipología al constituir un claro ejemplo de la sala de espectáculos vinculada a un casino, aunque en una versión tardía y sintética, lo que justifica su disposición espacial y las relaciones con los edificios colindantes.
El aforo, consiguientemente, disminuyó, pasando a ser de 568 butacas (344 en patio, 100 en plateas y 124 en paraíso).
La intervención incidió además en la dotación y modernización del equipamiento teatral específico: tramoya, telones, iluminación, sonido, etc.
El proyecto del Teatro Principal siempre tuvo la necesidad de complementarse con la incorporación del espacio correspondiente al antiguo casinillo, pero esta actuación no pudo ejecutarse hasta que el Ayuntamiento adquirió definitivamente el edificio completo.
Así, la edificación propuesta ocupó la totalidad de la parcela adquirida, dejando un patio para ventilación y respetando la fachada a la calle Amargura.
Los almacenes y talleres de la tercera planta se transformaron en un camerino colectivo.
Sobre la mencionada superficie que supondrá la ampliación, se construirá un sótano y plantas baja, primera, segunda, tercera y un castillete, lo que sumará una superficie total útil de 768 m².
Esta ampliación permitirá habilitar una sala de proyecciones con uso autónomo, que tendrá entrada por el paseo Marítimo, con un vestíbulo adecuado.
Asimismo, también se completará la fachada del teatro al paseo Marítimo, que será diferente a la de la calle Amargura, acorde con la mayor amplitud y en primera línea de la ciudad hacia el mar.
El juez desestimó el recurso formulado por la antigua propietaria del inmueble, Lourdes Ramos Varela, quien falleció por esas fechas, contra el auto dictado en noviembre de 2009 por el que se acordaba el sobreseimiento provisional y archivo de la denuncia.