Teatro Larrañaga

Se construyó así el "Teatro viejo", edificio modesto, con galería de dos filas y platea con sillas desordenadas.[3]​ En 1865 el arquitecto José Botto elaboraba la proyección de un nuevo teatro, el Teatro del Porvenir y así el jefe político coronel Atanasildo Saldaña y la Junta Económico Administrativa patrocinan el proyecto, que por problemas económicos, no logró concretarse, pese al deseo expresado por la prensa de entonces, de que se construyera, porque así, el Salto demostraría, una vez más, "que es la centinela avanzada del progreso del litoral uruguayo".Los demás vecinos que concurrieron firmaron la primera acta y las acciones fueron suscritas por todos ellos: José E. Comas, Celestino Selgas, R. A. Wilkinson, José da Cruz Piegas, Eduardo Morice, L. López Jauregui, Alberto Montaldo, C. Garrasino, R. Avellanal, Rudecindo Márquez, Juan Kemsbley, Andrés Sanguinetti, r. Williams, Nicolás Viacava, Domingo Fernández, Alberto Maldonado, Pastora F. de Quiroga, Nicolás Granada, Martín Castro, Juan B. Elizalde, Antonio rocca, Bartolomé Caballero, Leonardo Castro y Anselmo Dupont.En dos años se levantaron sus muros, aparecieron galerías sin sostén de ninguna columna (galerías a las cuales, según el profuso anecdotario que al teatro nutre de vivencias, les fue probada su resistencia haciendo marchar sobre ellas un regimiento), fabricándose butacas, parrillas, telones.Con ella el artista italiano Salvini, integrante del elenco, realizó una notable interpretación de la "La Hija Única".Muchas placas testimonian el pasaje de talentos como Salvini, Rossi, Aramburu, Oxilio, Cúneo, Luisa Tetrazzini, José Tallavi, Teresa Mariani, Leopoldo Frégoli, entre otros.[6]​ Al mejorarse las instalaciones fue posible la realización de otros espectáculos porque se podía transformar en salón de baile dado que al retirar las butacas mediante un sistema mecánico se podía subir el piso y quedar todo a nivel del escenario.Una figura importante en esta etapa fue Don Carlos Dubra, quién fue presidente de la Comisión del Teatro.Mientras se iba transformando el viejo teatro Don Juan Ochoa, el maquinista por tradición familiar sonreía feliz, ante el aspecto de "su casa".Presentación muy esperada por todos los ciudadanos salteños que fue realizada con apoyo del gobierno nacional padra volver a entregar al público una sala de espectáculos remodelada.En ese entonces el intendente era el arquitecto Armando I. Barbieri y con gran sentido salteñista eliminó las difilcultades para que la posesión de este teatro fuera del Municipio.[5]​ En 1953 el Teatro Larrañaga es traspasado a la Intendencia siendo considerado muy valioso por su arquitectónica, acústica y sus características edilicias.El poeta Leonardo Astiazarán decía que estos árboles eran símbolo de la historia del teatro salteño.