Teófano Vénard

Fue beatificado junto a otros 33 católicos (la mayoría nativos de Tonkín, en Cochinchina).

Durante ese cautiverio, escribió a su familia transmitiéndoles paz y júbilo por su muerte pía.

Su obispo, Monseñor Retord, escribió al mismo tiempo: "Pese a las cadenas, es feliz como un pajarillo".

Después de ser ejecutado, su cabeza fue expuesta en un madero hasta que fue rescatada por los cristianos y sus restos son hoy venerados en Tonkín.

Ella conservaba una estampa y una reliquia del santo, también dedicó en su honor varias de sus poesías.

Reliquias de Théophane Vénard en la Sociedad de Misiones Extranjeras de París.