Consistía únicamente en la notación del grupo sanguíneo: A, B, 0 o AB.
No se indicaba el factor Rh, debido a que este había sido descubierto recientemente y por este motivo la investigación al respecto estaba recién en sus comienzos.
Así, en el convulsionado tiempo de posguerra de Alemania vencida, aparecieron muchos soldados que se decían «regulares» y que tenían una herida de bala justamente en el lugar originalmente tatuado, probablemente disparándose a sí mismos o pidiendo a un camarada que les disparara.
Otra práctica igualmente difundida era la retirada del tatuaje pagando a un médico para que lo hiciera.
Con esto, muchos exmiembros de la Waffen-SS querían impedir que se descubriese su pertenencia a la organización, su verdadera identidad y el posible castigo.