Munch pintó un motivo similar ya en 1890, en Día de primavera en Karl Johan, en un estilo más ligero e impresionista.
Ahora la perspectiva muestra la calle en dirección opuesta y en un ambiente nocturno, más oscuro.
Aquí los rostros congelados de miedo permanecen en silencio, por lo que parecen aún más aterradores.
El motivo es sugerido en el diario de Munch donde en 1889 escribió sobre una experiencia en que "Todas las personas que pasaban parecían extrañas, y le pareció que le miraban, mirándolo, todas esas caras, miradas a la luz del atardecer, trató de aferrarse a un pensamiento, pero no pudo, tuvo una sensación de vacío total en su cabeza, y luego intentó fijar la mirada en una ventana en lo alto, luego los transeúntes lo molestaron nuevamente, tembló por todas partes y el sudor corrió por él."
Una experiencia similar tuvo durante su tiempo en París: "Estaba otra vez afuera en el azul Boulevard de les Italiens con las mil caras extrañas que se veían fantasmales bajo la luz eléctrica."