[3] A pesar de ello, la instalación ha sido identificada con el movimiento LGBT, concretamente con la bandera del arcoíris.
[5] Debido a esta relación entre el arcoíris y el movimiento LGBT, la situación de la obra en la Plaza del Salvador ha sido controvertida.
[9] La instalación había sido criticada por figuras conservadoras y de la extrema derecha.
El político Bartosz Kownacki, del partido Ley y Justicia, llamó la obra «arcoris maricón» (pedalska tęcza) de forma despectiva.
[5][13] Varias personalidades polacas han apoyado explícitamente la obra, tales como Edyta Górniak, Katarzyna Zielińska, Monika Olejnik y Michał Piróg; también ha recibido el apoyo del embajador de Suecia en Polonia y activista LGBT Staffan Herrström.