En sus últimos años se dedicó a vender tabaco y golosinas por las calles con un canastillo.
Su otro hermano, Ramón Soto Vega, fue empedrador y pavimentó las calles de Jerez en casi su totalidad, fue el artista que hizo los dibujos en piedra de la Plaza del Arenal.
Es de considerar que él vivió la Primera República española y la enseñanza gratuita y obligatoria fue un gran logro, incluso para Europa.
"Tío José" leía al calar el sol en el campo, sin luz eléctrica la tarde ya es noche cerrada, y leía con tanta pasión, efusividad y trasmisión, que los gitanos y gitanas que lo escuchaban, lloraba o reían, en definitiva se emocionaban.
Hoy deja un gran legado sobre todo en la seguirillas donde creó un estilo propio, y de quien cante su estilo se dirá "esta cantando por Tío José de Paula".