Supernova es una película de 1992 dirigida por Juan Miñón y protagonizada por Marta Sánchez.
Al no poderla conseguir con los métodos tradicionales, el malvado Nado secuestra a la científica Avelina para que fabrique una replicante de la cantante: Supernova.
Satur, un joven dibujante de cómics, también está obsesionado con la famosa estrella del rock, dibujándola constantemente hasta que decide conocerla a través de la presentación de sus dibujos.
Los oscuros propósitos del conde se verán obstaculizados por la decisión de Satur en averiguar la verdad.
Pero, además, Supernova se da cuenta del engaño y vuelve a transmutarse por sí misma, cuantas veces desea, por Fénix, dándose peculiares situaciones.