Katayama es agredido y atacado con una navaja, pero sorprendentemente, consigue salir victorioso, sin embargo, termina dándole una buena paliza a Komiki, el líder de la pandilla y al final es el propio Katayama, quien termina metiéndose en problemas con la policía.
Varios años más tarde Komiki sale de prisión y Katayama comienza a buscarlo para obtener respuestas y tal vez venganza.
[3]Ambas versiones contienen como extra, el tráiler de cine y un making of.
Adoptando un estilo más convencional y controlado que sus estándares, Takashi Miike pone en escena una metrópolis donde reinan la indiferencia y la hostilidad, y lleva al espectador a identificarse con un hombre al que fuerzas externas que entran en su vida, ponen su mundo patas arriba, con una justicia imposible de alcanzar y obligado a tomar decisiones radicales, dejando como única opción: la venganza.
Como es habitual, el director presenta la violencia como algo que puede justificarse o, al menos, entenderse, sólo para evitar su inclusión categórica en el saco del mal.
[6] En "Midnight Eye visions of japanese cinema", Joan-Pol Argenter comento: “Sun Scarred es, en definitiva, una película que abre muchas preguntas y controversias y cierra pocas.