Fue abad de la abadía de Saint-Denis desde 1122, y como tal enriqueció la nueva iglesia basilical de Saint-Denis en el naciente estilo gótico.[3] Amigo y consejero de los reyes Luis VI y Luis VII, fue el más famoso historiador de su tiempo.Escribió un panegírico sobre Luis VI (Vita Ludovici regis) y colaboró en la redacción de la que es quizá la crónica más imparcial del reinado de Luis VII (Historia gloriosi regis Ludovici).Según él, la contemplación de la belleza material permite elevarse al conocimiento de Dios.Con este pensamiento justificó las grandes obras arquitectónicas características de la arquitectura gótica.