A partir de 1952, hizo construir los petroleros más grandes del mundo para su flota.
Su tatarabuelo, Philippos Niarchos, consignatario griego en La Valeta, se había casado con una hija de una familia noble en Malta, cuya descendencia más joven se había mudado a Grecia para establecerse en un negocio comercial con Malta.
Ese mismo año, bautizó el superpetrolero más grande del mundo[6] con el nombre de su segundo hijo recién nacido, Spyros.
A su muerte, su fortuna se estimó en cinco mil millones de dólares.
Excluyó de su testamento notablemente a Elena Ford, su hija con su exesposa Charlotte.
Elena impugnó la herencia ante los tribunales suizos y griegos por su décima parte, estimada en unos 700 millones de libras esterlinas.
Sus caballos premiados fueron entrenados por François Boutin, cuya habilidad fue un elemento vital del éxito de Niarchos en este campo.