Casa de postas

En las líneas generales y trasversales de primer orden tenían además los maestros de postas otro libro de registro sellado y foliado por la dirección general para que los viajeros y correos pudieran anotar las faltas que advirtieran en el servicio o el estado en que se hallara aquella parada o cualquier otra inmediata.Tiberio les dio forma muy análoga a las de los tiempos modernos.Durante la Antigua Roma empezaron a crearse por toda Europa las postas (en latín, statio, plural, stationes), cuando se construyó el famoso sistema de calzadas romanas hace dos milenios.La statio indicaba una etapa en el servicio postal oficial y de transporte, clasificándose en mansiones (latín singular, mansio) cuando estaban equipadas con alojamientos y establos o en mutationes (latín singular, mutatio), cuando solo se utilizaban para cambiar los caballos.[3]​ A mediados del siglo XV los particulares podían tener entre sí correspondencia por medio de los mensajeros que despachaba la universidad de París a las principales ciudades del reino en épocas indeterminadas.