Los trabajos fueron financiados totalmente por el primer presidente del Napoli, Giorgio Ascarelli, industrial texil de origen judío.
Inicialmente fue denominado "Stadio Vesuvio", con referencia al célebre volcán napolitano, y sus tribunas de madera podían contener a 20.000 personas.
En vista del Mundial de Italia 1934, la estructura fue completamente reconstruida con el cemento armado, aumentando el aforo a 40.000 plazas.
Durante el Mundial aquí se disputaron dos partidos: el encuentro de primera fase Hungría–Egipto y el partido por la definición del tercer lugar entre Alemania y Austria.
En 1942, durante la II Guerra Mundial, fue destruido por los bombardeos de los Aliados.