[1] Es también un tópico literario frecuente que ha conocido distintos desarrollos, usos y expresiones.
[2] Aunque la pronunciación etimológica es [sósia(s)], con diptongo entre las dos vocales contiguas, en algunos países de América del Sur se ha extendido la pronunciación con hiato sosías: «Abelardo —mi copia, mi alter ego, mi sosías— vino a despedirse con emoción» (Delgado Sub-América [Ven.
Casos renombrados durante la Segunda Guerra Mundial fueron Winston Churchill, Adolf Hitler, Rudolf Hess, José Stalin y Bernard Law Montgomery.
Existen referencias no confirmadas de sosias para Isabel II del Reino Unido y Pablo VI.
Incluso se ha recurrido en época moderna a los llamados dobles virtuales, siluetas electrónicas con la apariencia de un actor fallecido construidas informáticamente.
[3] Dobles subjetivos aparecen en La muerta enamorada (Théophile Gautier), El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr.
Hay otras variantes, como la usurpación del cuerpo mediante la posesión demoniaca o el uso moderno de la llamada autoficción.
A menudo la belleza o la fotogenia están detrás de parte del éxito mediático y, por eso, en estos mundos se repiten personas con patrones físicos, faciales y corporales, casi idénticos, rasgos considerados bellos o atractivos, e idóneos para desarrollar sus profesiones mediáticas.