En ese momento Fritz ya se dedicaba al periodismo, profesión que ejercía en medios comerciales y a nivel comunitario en Tepito, pero cuando estuvo en el trabajo de filmación decidió dedicarse al cine.
[3] El colectivo trabajaba a partir de la autogestión, metodología participativa con las personas filmadas y exhibición autogestiva con debate final.
Para dar sentido a esas imágenes propuso una historia y un guion centradas en los músicos de la comunidad zapoteca Santa Catarina Albarradas, Oaxaca, que habían migrado a Ciudad Nezahualcóyotl, donde reproducían su cultura musical.
Después de terminar el documental Fritz se mudó a Puerto Rico donde nació su hijo.
En 1989 fundó Isla Films, una compañía abocada a la producción de audiovisuales educativos y culturales.