La solarización fue creada accidentalmente por la fotógrafa y fotoperiodista Lee Miller en el laboratorio de Man Ray, quién durante muchos años se atribuyó el mérito.
Inicialmente, el término solarización se utiliza para describir el efecto observado en casos de gran sobreexposición del negativo en la cámara.
El efecto se produce por una fuerte sobreexposición por error o bien por una exposición accidental del material sensible a la luz blanca.
Si la exposición se realiza con el papel revelándose todavía en la bandeja de revelado, es importante detener la agitación al menos 10 segundos antes de la exposición para permitir que las burbujas en la superficie se dispersen y para asegurar que el papel esté sobre el fondo.
El fundamento del proceso consiste en invertir el color de los píxeles cuya luminosidad sobrepase un límite que se puede establecer.