Sociología de género

[1]​ Las primeras aproximaciones desde disciplinas sociales se dieron en torno a las diferencias biológicas, características y papel de las mujeres en sociedad problematizando las desigualdades.

[4]​ Autores como Engels y Goffman problematizan sobre las desigualdades que viven las mujeres en sociedad.

El primero retoma las vivencias de la cotidianidad en sociedades capitalistas para demostrar que las mujeres son consideradas con menor valor o capacidad.

Estos patrones se retroalimentan y subejtivizan en el contexto cultural, creando divisiones sociales en torno a las distintas categorías de los individuos.

Estas conductas están cargadas de aspectos sociales, culturales y psicológicos en cuanto a lo que la organización social espera de los individuos; creando valores, normas y significados que dan identidad a las personas.

[13]​ Son productos abstractos colectivos los cuales se generan a partir de los imaginarios sociales, los cuales están construidos por un conjunto de códigos que configuran estándares compartidos de interpretación y organización, los cuales permiten interpretar el mundo y por lo tanto la realidad social, jerarquizando y priorizando la información durante la socialización.

[15]​ Sistema operante de las sociedades con una organización y lógica falo centrista y androcéntrica que perpetúa las estructuras asimétricas entre individuos, la cual se da por un ordenamiento sexual reduccionista que se basa en estructuras de poder.

El sistema sexo-género propuesto por Gayle Rubín,[18]​ nos permite comprender como operan las divisiones sociales establecidas que cargan de normas e ideas impuestas culturalmente a la sexualidad como regla “natural”.

Es por esto que se cuestionan las dinámicas modernas de producción las cuales provocan daños irreparables en la naturaleza.

Beauvoir hace un recorrido donde señala cuál ha sido el papel de la mujer desde la Edad de Piedra hasta la actualidad; en las sociedades primitivas las mujeres se encargan de las labores domésticas, mientras que los hombres se dedicaban a la caza y pesca, aunque hay claramente una división, existe igualdad puesto que no se marca una diferenciación sexuada del poder.

«La misma causa que había asegurado a la mujer su anterior autoridad en la casa (su empleo exclusivo en las labores domésticas), aseguraba ahora la preponderancia del hombre: el trabajo doméstico de la mujer desaparecía desde entonces junto al trabajo productivo del hombre; el segundo lo era todo, y el primero un accesorio insignificante.» (Beauvoir,1949) Pierre Bordieu, en su libro “La dominación masculina”, nos habla del androcentrismo basado en imposición desde la sexualización del cuerpo, es decir que, el orden social funge como una guía para la asignación de formas de vivir, como, por ejemplo, la división sexual del trabajo, los roles de género, incluso en los aspectos simbólicos de nuestras vidas.

[25]​ Desde esta perspectiva, entendiendo al género masculino como la clase dominante entre hombres y mujeres, podemos inferir que son ellos quienes han determinado las formas de utilización del espacio, siendo ellos quienes tienen mayor ventaja, pues han sido quienes se apropian del mismo, mientras que las mujeres han sido relegadas al espacio privado, y aunque podemos ver cada vez más una apropiación femenina del espacio público, esta ha sido a partir de largos procesos y luchas, y ha tenido consecuencias.

Aunque se pudiera pensar que el espacio público, es como su nombre lo sugiere, de acceso abierto para todo individuo, esto no sucede en el día a día, puesto que en la práctica existe una marcada diferencia en el acceso y la experiencia del espacio público entre hombres y mueres.

El cuerpo femenino históricamente ha sido objeto de discriminación y violencia en el espacio público, esto basado en la apariencia que se muestra a la sociedad.

[27]​ Cuando se daña o intenta dañar a la pareja usando la fuerza física, ejemplo: golpes, jalones, patadas, etc. que dan como resultado lesiones físicas, psicológicas o transgresiones que violentan a una mujer.

Esta se realiza cuando se somete, ridiculiza, manipula y/o vulnera a la estabilidad emocional de una persona, tomando en cuenta las prácticas indirectas y directas que puedan dañar de manera emocional.

Sin embargo, conceptos como “rol sexual” han sido estudiados con anterioridad para puntualizar el papel del hombre en la sociedad.

Dicho esto, la masculinidad hegemónica se enraíza en la cultura patriarcal, la cual da legitimidad a las prácticas normativas de dominio.

[29]​ Para el autor estas 4 ideologías están bien asentadas en la sociedad y son las bases de la masculinidad hegemónica, son estas las que construyen el imaginario masculino dominante que se ha convertido en hegemonía para los hombres.

Sin embargo, aunado a este análisis, también es necesario revisar como se relacionan unas categorías con otras.

Judith Butler en una conferencia en la Universidad de Hamburgo (2007)
Gayle Rubin habla en el Museo de Historia de LGBT en San Francisco 7 de junio de 2012.