Six études, opus 5 (en español: Seis estudios), es una colección de seis estudios escritos para órgano por Jeanne Demessieux, compuestos en 1944 a petición de Marcel Dupré, quien además escribió el prefacio para las mismas.
[5] La colección completa con las seis piezas ha sido grabada por los organistas Pierre Labric, Maurizio Ciampi, Maxime Patel, Stephen Tharp y Adam Brakel, mientras que la propia Demessieux registró en Hamburgo, Alemania, el movimiento "Tierces", esta grabación fue editada en CD posteriormente por el sello Festivo.
Hubo pocos compositores en éste período que hicieron estudios para órgano, y en su mayoría se trataba de ejercicios cuya finalidad era únicamente técnica.
[8] Entre la literatura organística se encuentran ciertos estudios, que aunque sean actualmente ejecutados al órgano, fueron escritos originalmente para piano con pedales.
En el siglo XX Thomas Daniel Schlee publicó los 13 Studies by Contemporary (1957), una recopilación donde sólo dos piezas fueron individualmente bautizadas bajo el título específico de estudios, estas son: "Etüde für Orgelpedal solo (Für Thomas Schmögner)" y "Contrepointes (Etude pour le pédalier)".
Allí, sin embargo una diferencia crucial entre la propuesta pedagógica entre ciertas obras que Dupré destinó a la educación organística, y los estudios.
Los doce estudios iniciales se escribieron para Jeanne Demessieux, una alumna por encima de cualquier otra, formada y apta para ejecutar cualquier obra de la literatura organística o pianística.
Sin embargo, a principios de 1944, decidió que sus "grandes estudios" no serían publicados, sino que pensó en "modificar el título y presentarlos en tres grupos, con números de opus diferentes".
Terminada la reorganización, los doce estudios compuestos inicialmente, se transformaron en nueve piezas agrupadas en tres números diferentes.
Sólo el título del primer estudio, Pointes remite a una cuestión estrictamente organística.
La utilización del talón en la técnica del pedal no fue una práctica contemporánea al nacimiento de la pedalera, ésta en sus inicios se formó por pedales cortos, por lo que poco se prestaba a una forma de utilización más complicada.
Las manos, o sus dedos aisladamente pueden transformarse en un potente recurso estabilizador en el equilibrio del organista durante la performance.
Cuando las rodillas, las puntas y los talones se mantienen juntos, el organista establece para sí mismo algunas medidas fijas, ya que proviene de su propio cuerpo y, por lo tanto, no varían según el instrumento en que se encuentra.
Si se tiene en cuenta sólo la dificultad digital que estas fórmulas y figuras presentan, encontraríamos que estos estudios se encuentran muy por debajo de las obras homónimas de Franz Liszt o Frédéric Chopin.
En cambio, si consideramos que la dificultad de estas obras se encuentra en el trato dado a estas fórmulas en el pedal, también estaremos proporcionando una respuesta insatisfactoria a esta cuestión porque cuando comparadas a otras obras escritas para pedalear en solitario, la parte del pedal en los estudios de Jeanne Demessieux depende de una técnica mucho menos arrojada.
Marcel Dupré, en el prólogo que escribió para Six Etudes, invoca la recomendación de Widor, según el cual las rodillas y/o los tobillos deben mantenerse juntos.
La comprensión de esta idea se ve facilitada si tenemos en cuenta el hecho inverso.
[33] En Sixtes, la registración indicada por Demessieux, así como las características de la propia escritura, revelan que existen al inicio del estudio y hasta el compás 38 tres planos sonoros bien definidos.
La conjugación de estos dos factores, escrito y registración, apunta, en la interpretación, hacia un fenómeno sonoro curioso.
Las corcheas de la mano izquierda suenan una octava más grave (Bourdon 16'), produciendo una impresión auditiva que podría interpretarse como proveniente del propio pedal.
Desde los raros modelos que requieren para el desempeño una exigencia técnica más modesta, hasta las versiones, estas sí en gran cantidad, cuya audacia desafía al pianista más virtuoso, los acordes alternados son una marca característica de la escritura lisztiniana.
En el estudio trascendental n.° 2 encontramos la alternancia de acordes bajo las más variadas formas.
[42] El procedimiento de hacer sonar notas repetidas con gran velocidad en el piano se traslada en este estudio a los dominios del pedal.
En la técnica digital, este procedimiento es común justamente en la ejecución de acordes alternos.
[44] Octaves (en español: octavas) destacadas y escalas, puntos fundamentales de la moderna pedagogía organística francesa, sobre todo a partir de Marcel Dupré, y se constituyen en este estudio como materia básica.
[47] Demessieux no sólo compuso sus estudios, sino que los utilizó para incluirlos en sus presentaciones.
El "salto" de las notas negras, ayuda a determinar al organista con absoluta exactitud donde están localizados sus pies.
Durante toda la pieza varias veces la división rítmica, lejos de la partitura puede proporcionar impresiones al oyente bastante diversas.
Frédéric Brun describió a "Octaves" como una "gigantesca toccata de una extraña furia".
Destacan las siguientes grabaciones que se han realizado de esta pieza con sus seis movimientos completos.