Una vez cada 4320 millones de años descienden a la Tierra para realizar los eternos y cíclicos pasatiempos del Ramaiana, como esposos en el bosque.[2] Rávana llevó a Sita en su pushpaka vímana (nave voladora hecha con flores) hasta su palacio en la isla de Lanka.Se sintió dolida por la desconfianza de su marido por haber vivido un año con Ravana, y con que cuestionara su lealtad en público.Así pues, se presentó ante Laksmaná y le pidió que llevaran a cabo el ritual de fuego de acuerdo a la tradición iniciática creada por Agní (el dios del fuego), según la cual si ella había sido infiel en pensamiento o en obra, las llamas la consumirían.Por otro lado si su mente y su corazón nunca había flaqueado en su devoción a su esposo, ella saldría intacta de las llamas.Terminando su discurso, entró lentamente al fuego, el público espantado veía como las llamas devoraban a Sita, y momentos después suspiraron de alivio al ver salir a Sita ilesa del fuego, ni siquiera un cabello se había quemado.
Rama y
Jánuman
peleando contra el demonio
Rávana
para rescatar a Sita. Pintura de 1820