En 1980, una nueva constitución fue adoptada por el Estado chileno, cambiando su naturaleza, organización y concepción.
Los principales elementos de esta modernización fueron la disminución drástica del gasto para la educación pública, la distribución de recursos mediante subsidios a la demanda (vouchers por alumno), y la apertura del sistema a emprendedores educacionales privados para que compitieran con las escuelas públicas por la matrícula escolar.
[cita requerida] El Simce juega un rol importante en este mercado, pues se convirtió en un indicador de calidad de la educación que impartía cada establecimiento.
Para ayudar a mejorar la calidad de la educación, la presidenta Michelle Bachelet comprometió una gran cantidad de dinero en subvenciones para los establecimientos educacionales públicos y los subvencionados.
[5] Las tres últimas pruebas, es decir, educación física, inglés y TIC fueron anunciadas en 2010 por el presidente Piñera.