[1][2] Estos seres, medio-mujeres, medio-aves, se basan directamente en los mitos griegos y más tarde en el folclore acerca de las sirenas.
Aquellos que escuchaban sus canciones olvidaban todo, las seguían, y finalmente morían.
Se deben tirar cañonazos, echar campanas al vuelo o hacer cualquier otro sonido fuerte para asustarlas.
[3] Más tarde (siglos XVII y XVIII), la imagen de las Sirins cambió y comenzó a simbolizar la armonía del mundo (ya que viven cerca del paraíso).
En aquellos tiempos se creía que sólo las personas muy felices podían escuchar a una Sirin, y sólo muy pocos podían verlas porque son muy rápidas y escurridizas, como la felicidad humana.