Sinfonía n.º 2 (Brahms)

Tras los quince años de trabajo dedicados a su Sinfonía n.º 1, debido a las inseguridades del compositor, la gestación de la segunda fue mucho más breve y supuso un proceso sorprendentemente pausado y tranquilo.

Muchos autores comentan que cuatro meses se consideraba un tiempo corto para el compositor, el cual tardaba mucho más tiempo en escribir piezas de carácter menor y además teniendo a la vez otros encargos testificados.

Su amigo Theodor Billroth, músico aficionado, asemejó la sinfonía a un retrato del ambiente rural de Pörtschach.

[7]​ El primer movimiento fue enviado a Clara Schumann, con quien tuvo una profunda relación intelectual y artística de tonos amorosos no del todo aclarados, quien predijo que la obra tendría una gran acogida.

La entusiasta acogida por parte del público vienés hizo que se repitiera el tercer movimiento.

[10]​ En concreto publicó las partes orquestales así como la reducción para piano a cuatro manos.

Elige hacer del conjunto una voz unificada y presenta todo su espectro de colores instrumentales tras sólo 40 compases.

Por el contrario, crea una textura en constante cambio, desplazando el foco del oído y extrayendo colores individuales con gran efecto.

Esta economía compositiva es instintivamente evidente para el oído y ayuda a hacer inteligible toda la obra sin sacrificar el interés ni la espontaneidad.

En el desarrollo emerge un tono más apasionado que perturba el carácter idílico de la pieza.

El segundo movimiento, Adagio non troppo, está en si mayor y en compás de 4/4.

Los temas se expresan con menos claridad y un significado profundo parece subyacer tanto la forma como en su expresión.

El musicólogo Hermann Deiters lo interpretó en estos términos "el compositor se ha esforzado intencionadamente por expresar la vacilación y el temor que se experimentan al contemplar una extraña aparición que sin embargo nos cautiva y nos atrae de manera irresistible".

El tercer movimiento, Allegretto grazioso (Quasi Andantino), está en sol mayor y en compás de 3/4.

Mientras tanto los violonchelos en pizzicato y un coro de maderas se encargan del acompañamiento.

Brahms en 1876.