Los Warden son un matrimonio de buena posición económica y sin enemigos aparentes que tienen un hijo autista llamado Tom, que tiene 9 años, y una hija adolescente llamada Sylvie.
El único testigo del crimen es su hijo Tom.
Sylvie piensa entonces matar a Rainer, cuando lo descubre, pero su hermano le pide que no lo haga saliendo de su trauma y consiguiendo también hablar.
Eso la lleva a entrar en razón y lo deja.
[1] La producción cinematográfica es apreciada por tratar el espectro autista y su forma de relacionarse.