Tras las pruebas iniciales como helicóptero puro, se le añadieron dos turborreactores auxiliares en marzo de 1977.
En vuelo nivelado a 333 km/h, podía entrar en un alabeo de 1,4 g con el rotor en autorrotación, aumentando las rpm del mismo.
En 1982, se propuso que el XH-59A fuera convertido a la configuración XH-59B con rotores avanzados, nuevos motores (dos GE T700), y una hélice propulsora canalizada en la cola.
Este programa propuesto no se llevó a cabo ya que Sikorsky rechazó pagar una parte de los costes.
Demostró tener buena estabilidad en vuelo estacionario contra el viento lateral y de cola.