Estudió artesanía y diseño en Estocolmo, graduándose como profesora de dibujo.
Pasó un tiempo en París, recibiendo la influencia de Matisse y Cézanne, lo que se demuestra en la utilización del color en contraste con unos contornos muy simplificados, esforzándose por encontrar las formas y los colores que puedan transmitir sus emociones.
Entre 1920 y 1932 residió en París, comenzando a manifestarse su dolencia esquizofrénica, lo que se denotó en su obra, con colores más oscuros y composiciones tensas, reflejando su sentimiento de angustia y abandono.
De vuelta a su país, desde 1938 vivió hospitalizada.
A modo de tratar su esquizofrenia, se le practicó una lobotomía en 1948.