Sierra de Loja

Abarca una superficie de unos 210 km², la mayor parte ocupados por una gran meseta a 1.300 m s. n. m.[1]​ Se caracteriza por ser un entorno pedregoso con escasa influencia humana, excepto en los recientes molinos de viento y las explotaciones mineras que extraen calizas, mármoles y dolomías.Es una sierra calcárea formada por varias cumbres que conforman una topografía quebrada y accidentada.Las precipitaciones son abundantes al oeste de la sierra donde alcanzan valores en torno a los 800-1.000 mm/año, disminuyendo hacia el este, donde solo alcanzan valores medios de precipitación en torno a los 400-600 mm/año.Las formaciones arboladas densas presentan una escasa distribución aunque más significativas que las superficies cultivadas.Han sido censadas parejas reproductoras de águila real (Aquila chrysaetos), águila perdicera (Hieraetus fasciatus) y halcón peregrino (Falco peregrinus), y también han sido inventariadas otras especies de rapaces nocturnas como el búho real (Bubo bubo) o el mochuelo (Athene noctua).[2]​ Son frecuentes en esta sierra las charcas artificiales creadas para abrevar el ganado que proporciona cobijo a muchos anfibios como el sapo de espuelas (Pelobates cultripes), sapillo pintojo meridional (Discoglossus jeanneae), el sapillo moteado ibérico (Pelodytes ibericus) o el gallipato (Pleurodeles waltl), cuyo hábitat más conocido es el Charco del Negro, que se forma naturalmente con el agua de la lluvia.