Tras sufrir daños considerables en la Segunda Guerra Mundial, se instalan en la década de 1950 industrias químicas.
Asimismo en la localidad está la antigua finca de los Tolstói y el museo al aire libre Yásnaia Poliana.
La mina de lignita todavía está en explotación.
Alrededor de este sector se creó industria química, fibras textiles y fertilizantes.
Asimismo está conectada por ferrocarril a la vía Moscú (Terminal Kurski)-Tula-Kursk-Simferopol.