Durante este período, Níger, nuevo país independiente, debía hacer frente a numerosos problemas económicos y políticos.
El país estaba entonces gobernado por un partido único dirigido por Hamani Diori.
Una grave sequía duró entre 1968 y 1974, conduciendo a una hambruna catastrófica.
El gobierno no pudo aplicar las reformas necesarias para enfrentarla.
Los partidos políticos fueron prohibidos, la Constitución suspendida y la Asamblea Nacional disuelta.
Gracias al maná del uranio, los salarios de los trabajadores conocieron un ligero aumento.
En mayo de 1985, se produjeron incidentes entre el ejército nigerino y tuaregs en Tchin-Tabaraden.