Más tarde profundizó en sus estudios en Europa y en el Art Students League (1956) de Nueva York.
Fue el autor de la primera escultura abstracta emplazada en un lugar público en Chile, la que en 1964 se ubicó inicialmente frente al Banco Edwards en Viña del Mar.
Su consagración definitiva le llegó dos años después, cuando obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas.
[2] Castillo encontró casualmente, en 1957, la técnica que definió su obra, cuando expuso en Italia junto con sus compatriotas Ivo Bavorovic, Héctgor Pino e Iván Vial.
Sus trabajos, destinados en gran parte a espacios públicos, se basan en investigaciones formales propias de la escultura: ritmo, tensión, dirección y dinamismo, son principios de la organización visual que Castillo explora».