Semana Santa en Astorga

El asentamiento de los franciscanos en Astorga se remonta al siglo XIII, lo que pudo permitir una rápida organización de esta asociación, aunque no sería hasta el siglo XVI cuando se organizó como institución penitencial.La cofradía dispuso de capilla propia al lado del templo franciscano y siempre estuvo en conexión con la comunidad.En 1786, el denominado lance del encuentro de Jesús y María en la calle de la Amargura, el otro gran acontecimiento escénico de la Semana Santa astorgana junto al acto del Descendimiento, intentó ser prohibido por el vicario Blas Manuel Martínez Valles «en atención al bullicio, alboroto, desorden, irrisión, escándalo y poca devoción... por los que llevan el paso de San Juan en yr corriendo».Todas ellas conformarían la procesión que organiza la cofradía la mañana del Viernes Santo.En ella participaban los Niños Nazarenos, vestidos con túnica negra, corona de esparto en la cabeza, portando cruces de color negro, y entonando la melodía del vil populacho.Por su parte, la cofradía de Jesús Nazareno incorporará el vidrio artístico en dos nuevos pasos, la Farola y la Cruz Verde.[9]​ El impulso renovador surgido en torno a 1908 continuó hasta la década de 1920.[11]​ En 1954 se comenzó a programar, en la tarde del Martes Santo, el acto público del Vía Crucis en la plaza Mayor; posteriormente fue sustituido por el que se celebra en la Catedral.Ha mantenido, entre sus diversos encargos, la tradición del pregón, en la cual el pregonero, designado cada año —seglar y religioso en años alternos—, prepara los ánimos para los acontecimientos que se van a celebrar.[12]​ También ha trabajado de forma activa en la promoción y recuperación del patrimonio pasional astorgano.Previamente, en la madrugada del Viernes Santo, los cofrades acompañan al Cristo yacente hasta la capilla de San Esteban, donde tiene lugar su enclavamiento en la cruz.Sus toques más populares son tres, mi-mi, mi-do y sol-sol-do, cuya autoría, según la tradición, corresponde a Leovigildo Blanco, director de la Banda Municipal en los años 1920.Otras piezas, menos populares y de carácter más lírico son El Encuentro, Nuestro Padre, Santa Rosa, San Gerardo y San Tirso, escritas por el también director de la Banda Municipal Sebastián Méndez en 1940.[22]​[23]​ Otro aspecto importante, especialmente para la procesión penitencial de la Santa Vera Cruz y Confalón, es el canto.En 1989, Roberto Fresco escribió una melodía sobre un texto de Bernardo Velado inspirada en las cuatro primeras notas del Salve Regina; durante la procesión, y precedida por los sonidos de la esquila y la carraca, un coro entona las diferentes estrofas a las que responden el resto de hermanos con el estribillo.Dicha música, con otro texto, se canta durante el acto del Desenclavo, comentando los pasos que supone desclavar a Cristo.Durante la misma se cantaba la Composición poética para cantar los Niños Nazarenos en la Procesión de Jueves Santo, conocida popularmente como vil populacho, escrita por el poeta Pompeyo Pérez Benito y con música de Leovigildo Blanco.Hasta ese momento fue la institución musical más importante de la ciudad.Desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, la Capilla organizaba numerosas actuaciones y participaba en las procesiones que organizaban las cofradías;[25]​ así, en 1599 la cofradía de la Santa Vera Cruz y Confalón formalizó un acuerdo a través del cual la Capilla se comprometía a acudir a las fiestas de la cofradía en mayo y septiembre así como a la procesión del Jueves Santo, la única que organizaba en aquel entonces.
Urna para el Cristo Yacente
Jesús Camino del Calvario
María Santísima de la Soledad
Virgen de los Dolores
Jesús Nazareno
Bendito Cristo de los Afligidos
Entrada de Jesús en Jerusalén
Acto del Desenclavo
Virgen de la Piedad