Según tal concepción estos conciertos no lo serían estrictamente, pues carecen de orquesta acompañante.
No se sabe a ciencia cierta por qué eran considerados como tal, pero una de las teorías era la potencia de sonido que expedían dos órganos de iglesia tocando a la vez; su fuerza era tal, que parecía que había una orquesta entera tocando dentro del templo.
El título original completo de esta obra es “Seis Conciertos de dos órganos obligados compuestos por el P. Fr.
El Padre Soler, durante su pertenencia a la comunidad de monjes jerónimos de El Escorial tuvo por alumno de música al infante Gabriel, hijo del rey Carlos III de España, y escribió estas piezas especialmente para él.
El que se escribieran originalmente para órgano no quiere decir que tengan un carácter religioso o litúrgico; por el contrario, muestran un aire galante, festivo y casi frívolo en la línea estilística de la escuela de los clavecinistas españoles, y patentizan la influencia que en ella tuvo Domenico Scarlatti.