[6][9] En 1978 comandó dos grupos comando llamados Halcón I y Halcón II destinados a Mendoza,[1] ante la inminencia de una guerra con Chile debido al conflicto del Beagle.
[6] En ese cargo dio entrenamiento al Ejército panameño durante la dictadura de Manuel Antonio Noriega, con quien no mantuvo conexión.
Alfonsín logró que se aprobara en 1986 la Ley de Punto Final con ese fin.
[12] Después de negociaciones con el jefe del Ejército, teniente general José Segundo Dante Caridi y el comandante del II Cuerpo, general de división Isidro Cáceres, puso fin al alzamiento.
Detenido nuevamente por orden del jefe del Ejército, teniente general Martín Bonnet, quedó confinado en el lejano cuartel del Regimiento de Caballería de Montaña 4 (RCM 4) con asiento en San Martín de los Andes (donde sin embargo contaba con aliados al sector "carapintada").
[12] Entre los oficiales amotinados se encontraban el mayor Hugo Reinaldo Abete en el RI 1 "Patricios" y el capitán Gustavo Breide Obeid en el Edificio "Libertador".
Según los informes, 14 personas murieron durante la sublevación, entre ellas cinco civiles que murieron en un colectivo de la línea 60 aplastado por un tanque,[15][16] y decenas más fueron heridas a consecuencia de los enfrentamientos.
[14] El ya coronel Seineldín fue juzgado por un tribunal militar que lo halló culpable.
En la provincia de Entre Ríos sus partidarios erigieron una enorme cruz para rezar por su liberación.
[4] Políticamente, mostró simpatía por Juan Domingo Perón, quien fuera Presidente de la Nación entre 1946 y 1955, y reivindicó su proyecto justicialista, al que llamó "el proyecto de la esperanza".
[3][17][18] En 1999, fue nombrado presidente honorario de un comando superior peronista,[3] perteneciente al sector más ortodoxo del PJ, que se oponía a las políticas liberales del entonces presidente Carlos Menem; en su discurso de asunción como presidente honorario, también mostró simpatía por quien fuera la esposa de Perón, Evita.
[19] Se le atribuyó decir la frase: "Es más fácil encontrar un caballo verde que un judío honesto"; Seineldín lo desmintió.