Siguiendo un sistema de liga, los diez equipos se enfrentaron todos contra todos en dos ocasiones -una en campo propio y otra en campo contrario- sumando un total de dieciocho jornadas.
La clasificación final se estableció con arreglo a los puntos obtenidos en cada enfrentamiento, a razón de dos por partido ganado, uno por empatado y ninguno en caso de derrota.
Si al finalizar el campeonato dos equipos sumaban la misma puntuación, los mecanismos establecidos por el reglamento para desempatar la clasificación eran los siguientes: La principal novedad de esta temporada es la introducción del ascenso directo en lugar de la promoción.
De este modo, el equipo que más puntos sumó al final del campeonato se proclamó campeón de Segunda División y ascendió a Primera División para la siguiente temporada, siendo reemplazado por el último clasificado de esta categoría.
También hubo cambios en el descenso, ya que sólo hubo un descenso a Tercera División, el del colista, y no dos, como en la temporada anterior.