En el 9 d. C. advirtió al gobernador romano Publio Quintilio Varo del inminente levantamiento de sus compatriotas, pero no se le creyó.
Asediado en su fortaleza por sus propios compatriotas, Segestes pidió ayuda a Germánico que lo alivió, y Segestes entonces entregó a Germánico su hija embarazada Thusnelda, la esposa de Arminio, como prisionera.
El golpe final fue dado en el 21 d. C. cuando Segestes y otros miembros de su familia asesinaron a Arminio.
Germánico le otorgó una residencia a Segestes en algún lugar de las provincias romanas al oeste del Rin.
Los historiadores romanos Veleyo Patérculo, Floro, y Dion Casio también lo mencionan.