La rapidez con que la animación podía ser producida en el sistema, así como su gama de posibles efectos, ayudó a reemplazar las técnicas de animación basadas en película para los gráficos en televisión.
Las animaciones por este sistema costaban un lujo para la época: hacia 1979, crear una animación para televisión en Scanimate costaba aproximadamente 2.500 USD (que en precios de 2008 equivaldría a cerca de 12.000 USD).
Las más conocidas por realizar animaciones de ese tipo fueron Image West en Los Ángeles, California, y Dolphin Productions en Nueva York.
Las demás productoras, emisoras y redes de televisión mandaban a realizar sus animaciones al exterior, y llegaban al país de emisión vía aérea.
Otra ventaja del colorizador es que da al operador la capacidad de agregar continuamente capas, posibilitando la creación de gráficos muy complejos.