Santuario del Señor de los Rayos

Data del siglo XVI y su manufactura corresponde al Taller de Pátzcuaro, en Michoacán.

Acerca del nombre dado al Cristo, cabe decir que en un principio y durante siglos se le llamó “Señor del Rayo”, porque estando los frailes predicando a los indios debajo de un mezquite, cayó sobre la imagen una centella, pero ésta no hizo daño alguno a la escultura, sólo a su cruz de madera, misma que aún se conserva en la Capilla del Santísimo en Temastián con las huellas que dejó aquella descarga.

Más tarde se construiría una capilla más sólida, que habría sido destruida por una granizada a fines del siglo XIX, según informe del jefe político de Colotlán.

En primer plano tiene una espaciosa plaza central, separada del atrio por un enverjado de cantera, rematado con pilastras coronadas por almenas.

El cimborrio está acabado con la tradicional linternilla, con su cupulino que remata en la cruz respectiva.

En esas fechas, la multitud es tal que las misas se tienen que celebrar al aire libre, en el atrio, pues el templo no puede dar cabida a tantos feligreses.

En esos días abundan los vendedores que ofrecen alimentos, veladoras y artículos religiosos.

[1]​ Hay algunos devotos que prefieren venir en automóvil para una rápida visita, mientras no pocos tardan hasta tres o más días en su travesía a pie desde lugares tan remotos como Valparaíso, en Zacatecas o Aguascalientes.

Templo de Temastián
Altar Mayor
Pareja orando en el interior del templo de Temastián
Santuario a la lejanía