Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe

[2]​ El recinto es representativo del nuevo orden neogótico que llegó a México en la segunda mitad del siglo XIX y es considerada concatedral de la Diócesis de Zamora.

[5]​[4]​ De tal modo se sirve del neogótico, específicamente del ideal anglosajón, que tiene como aspiración construir hitos urbanos que marquen el éxito y la consolidación de las naciones.

José Antonio de la Peña, primer obispo, encontró más adecuado para la sede episcopal al templo parroquial, el cual se encontraba inconcluso y se tuvo que adaptar y concluir para servir como catedral.

[10]​ En 1867 se consagró pero no pudo funcionar cabalmente debido a la presencia de problemas técnicos y estructurales.

Con la recuperación del protagonismo social de la Iglesia en la paz porfiriana esto se hace más posible.

[14]​ Esta primera parte de la obra es atribuida al alarife Jesús Hernández Segura, hombre nacido en Zamora en 1856.

[10]​ La Revolución mexicana trajo problemas y enfrentamientos a todo el país.

Al interrumpirse la construcción, algo menos de la mitad de la catedral estaba terminada debido al tamaño colosal del recinto, por lo que la edificación quedó «inconclusa».

[20]​ Durante más de setenta años la nueva catedral fue utilizada para usos muy diversos.

[21]​ Para Martín Checa, el Concilio Vaticano II tiene una influencia significativa en la reanudación de diversos templos inconclusos de estilo ecléctico y neogótico, que a principios del siglo XX habían sido detenidos en la Cristiada y el periodo revolucionario, ya sea por estos sucesos o por falta de recursos para su culminación.

Pedro Ramírez Vázquez se había ofrecido a completar el proyecto años antes, cuando estaba al frente de la Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas (SAHOP) del gobierno federal.

Manuel Guzmán, le dio instrucciones de ponerse en contacto con Ramírez Vázquez, con el fin de que supervisara los trabajos; nunca apareció porque jamás se le llevó ningún plano (conditio sine qua non para participar en el proyecto).

[25]​ Desde que se reactivó la construcción en 1988 surgieron varias propuestas diferentes al plan original.

Una de ellas contemplaba techar el edificio sin las torres a la altura del primer nivel (20 m), debido al miedo de que las columnas no pudieran sopotarlas.

[26]​ Algunos de los integrantes del patronato que se formó para la construcción del recinto fueron: El Santuario Guadalupano, por sus dimensiones, está considerado: El área total del conjunto destinado al Santuario Guadalupano (recinto, atrio y anexos) excede las 2 hectáreas.

En toda la estructura de cantera se encuentran diversas formas decorativas como lo son el trifolio, el cuadrilóbulo, así como elementos que se asemejan a una triqueta.

Todos los elementos se encuentran engabletados y la mayoría rematados con pináculos.

[29]​ Frente a la fachada principal se ubica una gran explanada cuadricular adoquinada en cantera, delimitada por una reja atrial de herrería y apoyos de cantera en estilo neogótico.

La nave central y el transepto tienen una altura de 34 m y las naves laterales de 20 m. La aguja del crucero tiene una altura de 64 m. La nave central mide 34 m y las laterales 20 m. Para sostener las cinco naves, así como la aguja del crucero y las dos torres, son indispensables las 36 pilastras del Santuario, junto con los muros perimetrales que le dan estructura.

El suelo del recinto es granito color rojo y esmeralda traído de la India.

[30]​ El interior presenta una iluminación escénica integral que resalta sus columnas y bóvedas.

La bóveda del crucero (intersección de la nave central con el transepto) está 4 m más alta que sus cuatro colindantes, y está rematada en el centro por una luneta de cantería.

Las capillas están destinadas a lo siguiente: Cuenta con grandes vitrales de diseño modernista realizados por el artista carmelita Gerardo López Bonilla, en los que representa «Los Misterios del Rosario», referentes a los sucesos significativos en la vida de María y Jesús.

[19]​ El espacio que ocupan los vitrales es algo mayor a 1400 m².

La cruz contiene en su base un relicario con Tierra Santa y es obra del escultor Carlos Espino.

[24]​ Al ser un elemento significativo del conjunto, le dotó de una mayor fuerza mística.

Al ábside se ingresa por una escalinata que fuerza al visitante a mirar de abajo arriba y a reclinarse ante el lienzo de la Virgen.

Arturo Laris, recién nombrado presidente de la vocalía en Zamora, hizo públicamente la solicitud para poder ser ayudados a encontrar una imagen de la Virgen que pudiera estar en el recinto sacro.

En el reverso tiene únicamente una M. Se ha dicho que es de Miguel Cabrera, sólo que al principio, cuando empezó a pintar guadalupanas, no se atrevía a poner su nombre completo.

La catedral en construcción.
Muro de castigo con impactos visibles.
Fachada sin terminar.
Construcción de las torres.
Las torres cerca de concluirse.
Vista central de la aguja del crucero.
Torres de 105 m de altura.
Fachada y atrio del Santuario.
Rosetón del Santuario y hornacinas con santos visto desde afuera.
ILa nave central durante la noche.
Interior de una nave lateral.
Bóvedas de la nave central.
Órgano del Santuario.
Ambón y el órgano.
Diseño del rosetón.
«El cristo del tercer milenio».
Las nervaduras del ábside, más finas.
Ábside, con la virgen de Guadalupe expuesta.
Santuario iluminado.