Esperaban mostrar al mundo lo bien que podrían funcionar por su propia cuenta sin ningún tipo de persecución o disensión.
[2] Poco después regresó a Inglaterra para difundir su fundación con el fin de atraer colonos y lograr beneficios.
Los cuáqueros se oponían a la autoridad de la Iglesia y aunque creían en la Biblia, defendían primero la relación directa del alma del individuo con Dios, sin ningún tipo de mediación.
Rechazaban cualquier tipo de autoridad superior y de jerarquía y esperaban a que Dios hablara a cada individuo para luego interpretar la "luz interior" como él estimaba conveniente.
Esa coyuntura fue aprovechada por William Penn para solicitar al Duque de York un territorio donde los cuáqueros pudieran asentarse.
Penn pretendía fundar una nueva colonia en la que hubiera completa libertad religiosa, a diferencia de las otras colonias inglesas en Norteamérica en que, a excepción de Rhode Island, la intolerancia era la regla.
Aunque la Corona inglesa le había concedido esas tierras, Penn se proponía comprárselas a los indígenas, que según él creía eran sus legítimos dueños, y establecer con ellos relaciones tan cordiales que no hubiera necesidad de fuerzas armadas para defender a los colonos.
La capital del Santo experimento llevaría el nombre de "Filadelfia", que quiere decir "amor fraternal".
Desde el principio Filadelfia estaba urbanizada en cuadrículas con parcelas que se concedían a cada colonizador con una casa y un jardín alrededor.
La nueva carta de derechos era tan dura que el propio Consejo Privado del Rey la rechazó.
Desde muy temprano tuvo imprenta, periódico propio, numerosos centros culturales, hospitales, instituciones públicas.
Las relaciones con el pueblo indígena cada vez iban a menos y eran más tensas, empeorando por las guerras indias y francesas, hasta que el Gobernador (tres cuartos de siglo después de fundada la colonia, es decir, en el año 1756) declaró la guerra a las tribus de Delaware y Shawhee.