[2][3] Miguel Molsós narra los hechos que acontecieron:[2] «Se encontraba la Villa de Ayora sometida a la peste y el hambre en el año 1392.
El pueblo fue en procesión al lugar indicado donde hicieron la rogativa y al momento cesó la peste y el hambre en Ayora.» Desde esa fecha, 1392, la población de Ayora se ha mantenido fiel a su promesa y cada segundo lunes de enero la población peregrina en romería desde el centro de la Villa (con la imagen del Santo Ángel, que el día anterior se ha traído hasta la Iglesia Parroquial), hasta las puertas de la ermita del Santo Ángel donde se realiza la rogativa.
Ese sábado se realiza la marcha senderista del Camino de la Abuela Liñana.
El lunes, día de la festividad del Santo Ángel, se celebra una misa solemne en la parroquia y por la tarde se realiza la romería desde la Iglesia Parroquial hasta la ermita del santo Ángel, donde el pueblo acompaña la imagen hasta su santuario para realizar la rogativa.
Ya después es tradicional acudir a la puerta del ayuntamiento para pedir las fiestas y toros de agosto.