La Santa Anna era una carraca del siglo XVI construida para la Orden de San Juan de Jerusalén (Caballeros Hospitalarios).
Con 50 cañones,[1] su casco fue cubierto de planchas de plomo, aunque se desconoce si se trataba de una medida para hacerlo impermeable o de una medida defensiva, convirtiéndola así en antecesor del acorazado.
[1] Fue botada en Niza el 21 de diciembre de 1522, el mismo día[1] en que se terminó el sitio de Rodas (1522), cuando las tropas otomanas bajo el mando del sultán Suleiman el Magnífico acepta una capitulación honrosa[2] por parte de Philippe Villiers de l’Isle-Adam[3] y expulsa a los caballeros de la isla.
[1] La carraca fue abandonada en 1540[1] por orden del sucesor de Villiers de l’Isle-Adam, el español Juan de Homedes y Coscón,[2] supuestamente por sentirse este celoso de la victorias logradas por Fra Francesco de Cleremont, el capitán del barco.
[1] Otro motivo para el abandono de la nave podría ser que la Orden tenía dificultades financieras debido a la confiscación por parte de Enrique VIII de sus propiedades en Inglaterra y que el coste del mantenimiento de la nave ya no resultaba viable.