Sin techo ni ley

La actriz Sandrine Bonnaire, quien protagonizó la película, ganó un Premio César y en el Los Angeles Film Critics Association entre otros reconocimientos por su interpretación de Mona, una desafiante joven.

La historia es contada como episodios poéticos y esparcidos en el paisaje helado del verano en Nimes.

A partir de esta imagen, un entrevistador invisible, cuyo rostro no se deja ver, pone la cámara en los últimos hombres que la vieron y al que la encontró.

Su condición parece empeorar hasta que finalmente cae donde la vimos por primera vez, congelada y miserable en una zanja.

Los eventos importantes a veces no se muestran, por lo que el espectador debe juntar información para obtener una imagen completa.