Las sangucherías en Perú son establecimientos relacionados con la venta de diversos sándwiches (llamados popularmente sánguches),[1][2][3] jugos, refrescos y, ocasionalmente, bebidas alcohólicas.
Como costumbre los peruanos relacionan estos establecimientos a la vida nocturna, y al hambre tras una noche de juerga.
Este sándwich surge con el intercambio de productos alimenticios entre España y los inicios del Virreinato del Perú y posteriormente popularizado en las antiguas fondas y bares de inmigrantes italianos, tales como el bar Cordano y la bodega Carbone en el centro histórico de Lima, Juanito en el distrito de Barranco, La Lucha Sangucheria Criolla de Miraflores, la Antigua Taberna Queirolo en Pueblo Libre, entre otras más.
[2][4][5][6] Además de butifarras en estos locales se pueden encontrar una variedad de sánguches:[2] Todos estos sánguches se suelen servir en panes redondos y crujientes, principalmente el denominado pan francés.
Como guarnición se suele servir patatas fritas, boli yucas, etc. y, fundamentalmente, cremas o salsas propias o distintas de cada local en donde se expenden, tales como kétchup, mostaza, mayonesa, guacamole, diversos tipos de salsas picantes (de ají, rocoto, etc.).