A los cinco años entró en la abadía benedictina de Waltham Forest para ser educado, haciéndose monje con el tiempo.
[2] Winebaldo se quedó en Roma y Willibaldo continuó el viaje hasta Tierra Santa.
Al volver a Italia, pasó por Constantinopla, donde estuvo dos años.
Ya en Italia, vivió en un monasterio de Montecassino, casa madre de los benedictinos, donde fue sacristán y decano, y contribuyó a la restauración que había comenzado Petronax poco antes.
Willibaldo falleció en 786, muy mayor, y fue enterrado en la catedral de Eichstätt.