Inicialmente perteneció a la colección privada del Duque de Hamilton, que luego la vendió al museo neozelandés.
Esta versión es la más estrechamente asociada a las que se encuentran en Bolonia, Madrid, París y Puerto Rico, aunque respecto a éstas, se diferencia en algunos detalles: la mano izquierda, que sobresale de la espalda, la correa, el taparrabos (más reducido), y alguna figura del paisaje.
La tez argéntea, tan distintiva de la mano de Reni, intensifica el aura del santo, que se hace casi impenetrable, inmerso en la piedad y la devoción.
El físico del joven es flaco, una flecha ha quedado prendida en el addomen, y se pueden contar las costillas.
La pose estática está estrechamente asociada a la del Esclavo rebelde de Miguel Ángel; ambos alzan la cabeza hacia lo alto, como si quisieran dirigirse hacia el cielo.