El otro brazo, extendido hacia el vértice superior derecho del lienzo, con la mano caída, acentúa la sensación de abandono ante el martirio.El tronco y la cabeza, levemente inclinados hacia su izquierda, muestran una torsión serpentinata típicamente manierista.No hay ninguna referencia sobrenatural, salvo la mirada del mártir dirigida al cielo.El artista utilizó una composición muy similar en una obra tardía: San Jerónimo penitente, en la National Gallery de Washington.[7] A pesar de que la primera teoría parece la más plausible, la identificación del donante continúa siendo actualmente desconocida.